Las recaídas forman parte del proceso de recuperación de una adicción, por ello, el paciente y su entorno deben tener en cuenta que pueden ocurrir en algún momento. Haber recaído no significa que el proceso terapéutico haya fracasado, esta etapa se encuentra dentro del proceso de aprendizaje. Además, ayuda al adicto a identificar sus principales errores y a tomar consciencia, e incluso puede motivar hacia un cambio mejor.
Cada proceso terapéutico es individual, esto significa que no todos los pacientes recaen. Hay personas adictas que finalizan su proceso de recuperación sin ninguna recaída. Por este motivo, cuando se inicia una terapia para dejar una adicción, se debe informar al paciente del riesgo de recaída.
El proceso de recuperación tiene como principal objetivo que la persona afectada aprenda a mantenerse alejado de la sustancia adictiva o del comportamiento compulsivo. Para ello, es fundamental adoptar nuevos hábitos y situaciones más saludables. También, es esencial conocer algunos consejos básicos para evitar una recaída.
Qué es una recaída
La recaída en una adicción es un conjunto de conductas que se producen tras un período de abstinencia, es decir, se retoma la conducta compulsiva relacionada con una actividad o una sustancia tóxica. Cuando se produce una recaída, por lo general, se asocia a un comportamiento contrario al recomendado en un tratamiento.
En primer lugar, la recaída va asociada a los factores de riesgo del consumo, para ello, es esencial identificar por qué se quiere volver a consumir y trabajar las herramientas que vayan indicando los profesionales terapéuticos cotidianamente. Cuando el paciente recae, se deben detectar cuáles han sido las causas y posteriores consecuencias de la acción. Es importante detenerse en un análisis del pensamiento y de las conductas.
La recaída en una adicción no supone un retroceso en el tratamiento, simplemente supone un aprendizaje para orientar la terapia y continuar el camino hacia la recuperación. Asimismo, tanto el adicto como todo su entorno, debe estar preparado para asumir o no una recaída. No es un proceso imprescindible para lograr el éxito en una terapia, pero si ayuda a tomar impulso.
Cómo identificar el principio de una recaída
Desde el Instituto Europeo Alfi trabajamos las recaídas antes de que surjan, es decir, desde que surge la idea de consumir de forma directa o indirecta. Para identificar el principio de una recaída hay que analizar la idea de volver a consumir, este es el momento fundamental para conseguir bloquear el pensamiento y frenar la recaída.
Tras el pensamiento o la idea, surge el deseo, en esta fase el paciente es incitado por sí mismo a lanzarse de nuevo al vacío del consumo. Del pensamiento se pasa a la necesidad, esto implica la búsqueda de la sustancia. Si el paciente consigue la sustancia, pasa directamente sin previa reflexión al consumo.
Cuando un adicto decide volver a consumir, el impacto emocional es de gran alcance, ya sea adicto a una sustancia o sin sustancia. La única diferencia entre ambas es el daño físico que puede acarrear una recaída. La recaída en el consumo de una sustancia puede llevar consigo una sobredosis o intoxicación perjudicial e invasiva para la salud. Por el contrario, cuando se trata de una recaída en un comportamiento abusivo, por ejemplo, la adicción al porno, el impacto suele ser exclusivamente psicológico.
Prevención de las recaídas: consejos y claves
Abandonar el consumo no es un proceso fácil, pero puede ser un camino muy satisfactorio. Con el objetivo de contribuir y facilitar el proceso, desde Alfi hemos diseñado algunos consejos básicos para evitar las recaídas:
Cuidado el primer año
El primer año es muy crítico, todo inicio es complicado. En este período entra en juego el síndrome de abstinencia, durante los primeros meses el adicto debe contar con las herramientas y técnicas suficientes para paliar este síndrome y evitar las recaídas iniciales. Tanto las terapias individuales como grupales se focalizan en aportar herramientas para ayudar al adicto a evitar las recaídas en su vida cotidiana.
Mantén una rutina
Ser adicto supone tener una rutina que puede hacer recaer en el consumo de la sustancia de nuevo. Por ello, es importante que el paciente retome una rutina saludable, incluya actividades sociales en entornos sin consumo, ejercite el cuerpo, marque unos horarios diurnos, etc.
Programa y planifica
La vida del paciente debe estar programada y planificada a conciencia para evitar una recaída. Por tanto, las actividades cotidianas deben ser suficientemente estimulantes para engañar al cerebro y desarrollar pensamientos positivos.
Actividades a medida y terapéuticas
Diseñar una rutina o costumbres de forma práctica que supongan un interés para el paciente. Las actividades deben ser programadas en la rutina junto a unos horarios ordenados, y al paciente no le debe costar demasiado cumplirlas. Por ejemplo: acudir al gimnasio, natación, rutas de senderismo, etc.
Mantén una comunidad social
Disponer de una correcta red social es fundamental para que se reduzca el riesgo de recaídas. Es esencial tener cerca a personas que ofrezcan su apoyo emocional e instrumental. Del mismo modo, es importante mantener alejadas a las amistades cuyos hábitos de consumo pueden contribuir negativamente a una recaída.
Evita las adicciones relacionadas
Aunque no se haya padecido una dependencia a otras sustancias o comportamientos, es crucial evitar su consumo. Por ejemplo, si el paciente ha sido diagnosticado como adicto a la cocaína, no se recomienda el consumo del alcohol. El alcohol produce sensaciones subjetivas que pueden funcionar como estímulo para una recaída.
Regula tu estado de ánimo ante un revés
Los sentimientos como el miedo, el estrés o la vergüenza pueden contribuir a las recaídas entre las personas más vulnerables. Por este motivo, los pacientes deben ahondar en los procesos básicos de regulación del estado de ánimo, identificar, discriminar y aceptar los estados internos que impulsan al consumo.
Evitar situaciones de riesgo
Cuando una persona entra en una terapia para abandonar una adicción, es recomendable que evite los círculos sociales o situaciones que puedan relacionarse con las drogas. Esta estrategia es conocida como control del estímulo, su objetivo consiste en realizar modificaciones del ambiente y la conducta del paciente.
Tampoco es recomendable exponerse a otras sustancias o comportamientos adictivos, por ejemplo, si el paciente ha sido diagnosticado con una adicción a la cocaína, no se recomienda que se acerque al alcohol o al porno.
Acude a la ayuda de Profesionales
Las personas más adecuadas para analizar una posible recaída y diseñar una rutina efectiva son los profesionales. Los psicólogos, médicos y psiquiatras especializados en adicciones cuentan con la experiencia suficiente como para enseñar herramientas y técnicas de prevención de recaídas.
Qué hacer ante una recaída en la adicción
Cuando una persona sufre una recaída, es habitual que la familia y el entorno sienta miedo. Por lo general, las recaídas causan sensación de derrota y decepción en el propio paciente. Ante esta situación, el entorno más cercano y el equipo terapéutico debe esperar para poder socorrer al paciente. Aunque parezca contradictorio, lo mejor para ayudar al adicto es esperar hasta que el consumo finalice de nuevo. De este modo, la ayuda se activa en el momento de la caída emocional, un punto relevante para retomar las pautas de control psicológico.
Desde Alfi trabajamos la prevención de recaídas como parte del proceso terapéutico, para ello, diariamente intentamos detectar los patrones de conducta o hábitos que pueden derivar en una recaída. Este análisis sirve a nuestros psicólogos para desarrollar técnicas de prevención personalizadas y aprender a identificar los motivos de las recaídas. El objetivo de nuestro trabajo es mantener un seguimiento continuado del paciente, para ayudarle en todas las etapas del proceso de recuperación.
Si necesitas más información referente a nuestras terapias, no dudes en contactar con nuestro equipo. Te atenderemos lo antes posible.
