El alcoholismo es una enfermedad que genera cambios en el comportamiento de quien la padece. De hecho, observar los estados de ánimo, patrones de comunicación y ciertas conductas destructivas son formas de saber si una persona es alcohólica.
Algunos de los patrones más comunes son desarrollar una conducta impulsiva y una necesidad incesante de beber alcohol. Además, a la persona afectada le cuesta mantener el control de la ingesta, pierde la noción del tiempo y puede actuar de forma violenta y desproporcionada (incluso con su familia, amigos cercanos, etc.).
La mejor forma de como saber si alguien es alcohólico es contar con ayuda profesional y estar atento a las señales. En las siguientes líneas revisaremos algunos de los síntomas más comunes que tienen las personas con dependencia al alcohol y cómo identificarlos.
Definición de alcoholismo
Entender la definición exacta del término es imprescindible para saber si eres alcohólico. Esta es una condición bastante estigmatizada y que aún sigue siendo estudiada por la comunidad científica.
Según los conceptos más actualizados, el alcoholismo es una enfermedad crónica que genera un deseo incontrolable por ingerir alcohol. Además, crea severos cambios de comportamiento.
El individuo afectado siente la necesidad de ingerir mayores cantidades de la sustancia para conseguir el mismo efecto. Después, presenta síntomas de abstinencia cuando interrumpe el consumo. Esta enfermedad es muy silenciosa y afecta la salud física y mental. También ocasiona conflictos familiares, afectivos y laborales.
Es importante considerar que el consumo regular de alcohol aumenta el riesgo de contraer varios tipos de cáncer, afecciones psicológicas, problemas emocionales, etc.
¿Cómo saber si estás ante un alcohólico?
Para diagnosticar el alcoholismo es necesaria la intervención de un profesional en la salud mental. Los rasgos psicológicos y conductuales se pueden identificar con mayor facilidad. No obstante, hay algunas señales notorias que permiten levantar sospechas de si alguien está desarrollando -o no- esta dependencia al alcohol.
La persona con alcoholismo siempre busca formas para beber, cambia su estado de ánimo tras el consumo, sus relaciones cercanas se ven afectadas, etc. No obstante, aunque puedan tomarse en cuenta, estas señales no son definitivas. En ocasiones, pueden ser producto de la falta de disciplina y motivación.
Ante una sospecha de alcoholismo, lo más recomendable es acudir a un profesional para que realice la observación y diagnóstico pertinentes.
Estos son algunos síntomas que se deben considerar:
Siempre busca la forma de beber
Cuando el individuo tiene una dependencia a la bebida, es imprescindible encontrar los momentos precisos para estar en contacto con la sustancia. Esto genera una capacidad psicológica para detectar los momentos adecuados para ingerir alcohol. Incluso, cuando está en entornos realmente imprecisos para beber.
Una persona alcohólica busca beber en pequeñas reuniones, momentos especiales y cualquier evento. De forma inconsciente, siente la necesidad de complementar el encuentro con alguna bebida alcohólica. El problema es que este tipo de conductas suelen pasar desapercibidas. Incluso, los acompañantes pueden sentirse a gusto con dichas propuestas.
Sin embargo, detrás de la aparente “buena intención” el individuo alcoholizado solo busca una ocasión para ingerir la sustancia. Cuando los demás involucrados no quieren seguir con la ingesta, la persona se puede mostrar irritada, o decide beber por su cuenta.
Esto también puede ocurrir cuando llega del trabajo o en una tarde tranquila de domingo.
La mayoría de sus actividades implican beber
Del mismo modo, quien sufre de alcoholismo normaliza el estado de embriaguez en prácticamente todos los aspectos de su vida. Para ellos es completamente normal beber en el trabajo, camino a casa, en reuniones importantes, etc. Justamente, estar ebrios genera una sensación de placer tan grande que puede volverse más importante que comer o dormir.
Poca tolerancia
Una de las señales más comunes es que desarrollan una actitud bastante irritable y de poca tolerancia con todo lo que les rodea. De hecho, esto genera problemas con su familia y amigos, así como problemas sociales. Están mucho más predispuestos a generar respuestas agresivas y exageradas.
Descuida responsabilidades
El descuido e indiferencia ante las responsabilidades es una de las formas más precisas de cómo saber si alguien es alcohólico. Cuando una persona sufre alcoholismo, beber se vuelve su prioridad más importante. Incluso, frente a sus compromisos laborales, las responsabilidades ante su familia, su propia salud e integridad.
Es normal que las personas alcohólicas no cumplan con las metas en su trabajo, gasten dinero que antes destinaban a otros compromisos, descuiden a sus familiares, etc.
Cambios físicos
En las fases iniciales, la mayoría de cambios ocasionados por el alcoholismo ocurren a nivel psicológico y conductual; No obstante, es cuestión de tiempo que la salud física se empiece a ver afectada. Uno de los síntomas más comunes son las alteraciones en el peso, ya que la persona puede adelgazar y engordar con facilidad.
Otros de los cambios físicos más notorios pueden ser:
- Descuido por la apariencia y el aseo personal.
- Falta de concentración y decaimiento en las expresiones faciales.
- Con el tiempo se le puede dificultar explicar ideas complejas.
- Desinterés por otras actividades de ocio que practicaba en el pasado (correr, ir a pescar, hacer comidas con la familia, etc.).
- Pueden aparecer algunos síntomas de cirrosis hepática: Coloración amarillenta de la piel y dilataciones vasculares, sobre todo en mejillas.
- En casos más avanzados presentan problemas para dormir, náuseas, vómitos y alucinaciones. También agitación y episodios de ansiedad.
Cambios emocionales
El alcoholismo genera cambios en el comportamiento significativos que pueden pasar desapercibidos debido a su lenta manifestación. Cuando el individuo se enfrenta a este padecimiento, poco a poco empieza a modificar su conducta, incluso con las personas más queridas por él.
Estos cambios se manifiestan en reacciones agresivas, irritabilidad, angustia y tensión, incluso cuando está en estado de sobriedad. Generalmente, los allegados suelen tolerar estas conductas, ya que tienen un vínculo emocional. Sin embargo, el avance de la adicción genera escenarios que se tornan insostenibles.
No todos los cambios de actitud pueden ser violentos (aunque lo pueden ser en la mayoría de los casos), sino que se manifiestan en distintos tipos de actitud:
- Indiferencia y frialdad en la convivencia.
- Reacciones inusuales.
- Cambios en el carácter.
- Distanciamiento en momentos de compartir.
Bebe incluso cuando no está en buenas condiciones
Otro rasgo característico de las personas alcohólicas es que aunque ya estén muy ebrias, no dejan de beber. De hecho, lo más frecuente es que consuman la sustancia hasta que ya no tengan control de su propio cuerpo, se duerman, o pierdan el conocimiento. Una persona con alcoholismo no sabe cuando dejar de beber, y aunque quiera, le cuesta mucho hacerlo.
Le da igual lo que piensen los demás
La arrogancia es un aspecto bastante abstracto en la personalidad de los individuos. Incluso, se puede generar por distintas razones ambientales, psicológicas y asociadas a la crianza. Sin embargo, las personas alcoholicas desarrollan una actitud completamente reacia a la opinión o consejo de los demás (incluyendo sus seres queridos).
Cuando alguien desarrolla dependencia a la bebida, no escucha observaciones respecto a su comportamiento, incluso si hay una buena intención. Contrario a esto, desarrollan una actitud displicente y arrogante respecto a las opiniones de otros. Igualmente, niegan que tengan un problema con la ingesta de alcohol.
Al principio, lo pueden tomar con humor. No obstante, al poco tiempo se van a mostrar irritados o completamente indiferentes a los comentarios de terceros, sean o no cercanos a él. “… bebe mucho”, “no me gusta su actitud cuando se embriaga”, “debería beber con más responsabilidad”.
¿Cómo actuar ante una persona alcohólica?
Lidiar con personas alcohólicas es un esfuerzo arduo por parte de la familia y amigos cercanos. Esto se debe a que la enfermedad genera comportamientos violentos, insistentes e impulsivos. De hecho, la persona afectada puede actuar como alguien completamente distinto (antes, durante y después del consumo).
Saber si una persona es alcohólica es complicado y saber cómo actuar con ellos lo puede ser aún más. Estas son algunas recomendaciones que debes tener en cuenta:
- No se debe justificar o ignorar la conducta. La mejor forma de enfrentarla es la comunicación directa y empática.
- Evitar los conflictos en estado de embriaguez. Culpabilizar a la persona es completamente contraproducente.
- La persona alcohólica debe ser escuchada, indagar en sus motivaciones para beber.
- No se debe beber con la persona alcohólica.
- Mantener la calma y ser lo más paciente posible.
- Si se presentan momentos violentos, no se deben ignorar. Es imprescindible priorizar la propia seguridad. En ocasiones, puede ser necesario llamar a la policía o pedir ayuda. La violencia no se puede normalizar.
Nadie está totalmente preparado para enfrentar las situaciones que se pueden generar al convivir con una persona alcohólica. Por esta razón, lo más conveniente es contar con ayuda profesional y los grupos de apoyo que ofrecen las herramientas adecuadas para el tratamiento.