El consumo de alcohol en adolescentes es un problema de salud pública. No obstante, se ha normalizado con los años haciendo que sea más complicado tratar sus causas y consecuencias.
El consumo esporádico y responsable no representa mayores problemas. No obstante, los excesos sí pueden desencadenar cuadros de adicción, trastornos mentales, accidentes de tráfico, etc.
En estos casos, es necesario el apoyo profesional para determinar el tratamiento adecuado. Hay que ofrecer al adolescente las vías precisas para su desintoxicación y la creación de hábitos responsables en el momento de beber.
Causas del consumo de alcohol en adolescentes
Según el último estudio sobre el consumo de bebidas alcohólicas en adolescentes realizado por el Ministerio de Sanidad, el 73,9% de los jóvenes entre 14 y 18 años ha bebido alguna vez en su vida. Además, muchos de ellos lo ven como una actividad social que realizan frecuentemente con amigos.
Por supuesto, no todos los adolescentes que consumen alcohol desarrollan adicción y otros problemas relacionados. No obstante, entender las causas del consumo temprano puede ayudar a evitar o tratar las consecuencias. Estos son los principales factores de riesgo:
Factores genéticos y psicológicos
Si el jóven tiene antecedentes familiares de adicción al alcohol es posible que sea más propenso a desarrollar una codependencia. Su entorno familiar y el florecimiento de su libre personalidad son aspectos que impactan directamente la capacidad de desarrollar una personalidad adictiva (no sólo con el alcohol).
Por otra parte, hay personas que producen menos alcohol-deshidrogenasa, la enzima encargada de la digestión metabólica del alcohol. En estos casos, los jóvenes son mucho más sensibles a los efectos de la sustancia aunque beban poca cantidad.
Consumo constante y en situaciones de estrés
El consumo frecuente también es una causa significativa. Es normal que los adolescentes sientan curiosidad por la sustancia y quieran beber con sus amigos en reuniones sociales. El peligro está cuando se realiza de forma excesiva o se consume para sobrellevar situaciones complicadas a nivel emocional, muy comunes en la adolescencia.
Comenzar con la ingesta a temprana edad
Según un informe reciente de la Encuesta Estatal sobre Drogas en Enseñanzas Secundarias (ESTUDES), los jóvenes empiezan a beber a los 14 años de edad. En esta etapa, el cuerpo y la mente son demasiado sensibles para tolerar la sustancia y es un factor de riesgo significativo.
Algunos problemas de salud mental
Los adolescentes con problemas de autoestima, depresión o ansiedad son mucho más propensos a beber alcohol. Igualmente, aquellos que son víctimas de acoso o discriminación por motivos de raciales, sexuales e identitarios tienen un mayor índice de codependencia.
Traumas emocionales
El estrés postraumático relacionado con casos de violencia, abuso sexual o eventos catastróficos es un factor que puede inducir a los adolescentes a beber desde temprana edad.
Factores ambientales asociados a la cultura
El entorno cultural también tiene un peso importante. Si el adolescente crece en un ambiente donde el consumo de alcohol adolescente está normalizado, las probabilidades de que empiece a beber antes de los 15 años son del 84%. Además, esto también lo condiciona al tipo de relación que crea con la sustancia.
Consecuencias del consumo de alcohol en adolescentes
Al igual que las causas, las consecuencias del consumo de alcohol en la adolescencia dependen del individuo, la cantidad y su entorno. Además, se pueden desarrollar una, dos, tres consecuencias o más al mismo tiempo. En la mayoría de los casos, aparecen progresivamente y pueden ser muy silenciosas, aumentando los peligros de adicción.
Si hay un consumo irresponsable, estas son algunas de las consecuencias más comunes:
Desarrollo de codependencia a la sustancia
En primer lugar, la consecuencia que más atemoriza a los padres es el desarrollo de una adicción. Cabe destacar que porque un adolescente beba esporádicamente o incluso haya llegado ebrio a casa no significa que tenga un problema de adicción.
La adicción aparece cuando el consumo se hace frecuente, excesivo y representa una necesidad incontrolable para el jóven.
Peligro de caer en otras adicciones
También existe el peligro de que el adolescente sienta curiosidad por consumir otras sustancias. No obstante, esto no se debe al alcohol como tal, sino más que todo a los escenarios de consumo y la curiosidad juvenil: Fiestas, escapadas con los amigos, etc.
Emociones volátiles y poca capacidad para tomar decisiones
El joven empezará a experimentar emociones de impulsividad e ira descontrolada. Además, esto afecta su capacidad para discernir y tomar decisiones importantes para su futuro. Escogerá actividades de satisfacción inmediata, descuidando sus objetivos personales y sus vínculos afectivos.
Aparición de trastornos mentales
Es probable que el joven desarrolle trastornos depresivos o ansiosos, así como déficit de atención e hiperactividad, o trastorno de oposición desafiante. En estos casos, los síntomas aparecen poco a poco y es necesario un diagnóstico profesional.
Peligro al volante
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, alrededor de 55.000 jóvenes entre 15 y 29 años mueren en Europa anualmente como consecuencia del consumo de alcohol. Principalmente, en accidentes de tráfico.
Problemas relacionados con la vida sexual
El consumo temprano puede interferir el sano desarrollo de su sexualidad. La sustancia, aunque sea usada como desinhibidor, en altas cantidades sabotea la capacidad de concentración, las erecciones, la lubricación y la capacidad de llegar al orgasmo. Esto crea experiencias negativas en una edad donde la sexualidad puede volverse traumática.
Compromete el desarrollo académico
El consumo constante también afecta las calificaciones de los jóvenes. La sustancia genera un estado de agotamiento mental que perdura días después de la ingesta. Dificulta la concentración, la resolución de problemas y la disciplina. Estos son aspectos fundamentales para estudiar.
Enfermedades físicas que se presentan en el futuro
No es frecuente que los adolescentes desarrollen enfermedades como la cirrosis hepática. Sin embargo, si consumen alcohol desde jóvenes, las probabilidades de desarrollarlo en la adultez aumentan hasta en un 34%.
¿Cómo saber si un adolescente está consumiendo demasiado alcohol?
Al igual que las causas del consumo de alcohol en adolescentes, las señales de alarma son varias. Además, pueden aparecer de forma silenciosa y en distintos niveles y escenarios. Estas son las señales más comunes:
- Si el jóven tiene problemas para limitar la cantidad de sustancia que ingiere.
- Dedica varias horas a la ingesta o puede beber varios días seguidos.
- Hay un cambio de actitud significativo, con episodios de irritabilidad e ira.
- Manifiesta ganas de beber con aparente ansiedad o angustia.
- Hay un descenso en las calificaciones y pérdida de interés en pasatiempos saludables, como hacer deporte.
- Es mucho menos aseado y ordenado. Además, empieza a gastar mucho más dinero en fiestas o comprando directamente el alcohol.
- Las relaciones interpersonales también se ven afectadas.
- Si cuando está ebrio toma actitudes muy efusivas, ya sea de rabia, llanto, o risa.
Tratamiento para el consumo de alcohol en adolescentes
Generalmente, son los padres los que acuden en busca de ayuda profesional cuando ven conductas sospechosas relacionadas con el alcohol. Es imprescindible realizar un diagnóstico completo, con exámenes clínicos y una evaluación psicológica para determinar cuáles son las mejores vías para el tratamiento.
Si se identifica el trastorno por consumo de alcohol adolescente, estos son los tratamientos más efectivos:
- Orientación familiar e individual con un psicólogo o psiquiatra.
- Programas de desintoxicación y abstinencia controladas por el médico.
- Manuales de autoayuda y terapia grupales.
- En algunos casos, también se usan medicamentos orales para bloquear los síntomas de la ansiedad.
- Controles toxicológicos e intervenciones de rehabilitación social.
El tratamiento debe ser diseñado de forma individual. Además, se toman medidas adicionales según el caso del paciente. En muchos casos, se les orienta para que escojan nuevos pasatiempos positivos, mejoren sus hábitos de sueño y alimentación, etc.
Desempeño de los padres en el abuso de alcohol de adolescentes
Una de las peores consecuencias del consumo de alcohol en adolescentes es la forma en la que afecta el entorno familiar. Lo más recomendable es que los padres se involucren lo más que puedan durante el tratamiento. Incluso, si se identifica que tratos de maltrato, abuso o indiferencia de su parte haya contribuido al desarrollo de la adicción.
Un error de muchos padres es tomar una reacción violenta ante un adolescente que bebe en exceso, lo que puede ser completamente contraproducente. Lo más recomendable es contar con apoyo profesional de un centro especializado como INSTITUTO EUROPEO ALFI para darle el tratamiento adecuado.
Solo así el adolescente podrá superar el consumo irresponsable, prevenir consecuencias trágicas y usar nuevas herramientas para mejorar su vida. No es un proceso sencillo, pero es posible lograrlo con el apoyo profesional adecuado.